La parroquia de Santiago El Mayor de Totana acogió el acto de entrega del V Certamen Literario Memorial Ildefonso Moya, una cita consolidada en el calendario cultural de la localidad, organizada por Cáritas parroquial con la colaboración del Ilustrísimo Ayuntamiento de Totana y diversas entidades sociales. El evento, enmarcado en la Semana del Corpus Christi bajo el lema “Mientras haya personas, hay esperanza”, reunió a autoridades, vecinos, participantes y la familia de Ildefonso Moya en un homenaje a la palabra y la acción solidaria.
El párroco de la parroquia y presidente de Cáritas, Francisco José Fernández, abrió el acto destacando la relevancia de este certamen como un espacio donde la literatura se encuentra con la caridad. “La pobreza ya no es solo falta de recursos materiales, también hay una nueva pobreza que se llama desesperanza”, señaló, subrayando la importancia de “mirar, escuchar y cuidar” como gestos esenciales de humanidad. Fernández evocó con cariño la figura de Ildefonso Moya, “cuyo testimonio de entrega en Cáritas y en nuestra comunidad sigue siendo vivo entre nosotros”, y agradeció a los participantes por transformar en palabras “la dignidad escondida tras vidas rotas”.
- Primer premio (600 €): Desalmado, de Raúl Clavero Blázquez, natural de Salamanca y residente en Madrid. Este relato, cargado de sensibilidad, narra la historia de una joven comprometida con la acción social que ayuda a una pareja de artistas mayores a recuperar el alma de un violín, símbolo de su pasado y su dignidad. Clavero, con estudios en Filología Hispánica y un máster en guion para cine y televisión, ha obtenido más de 250 premios en relato breve y microrelato, además de publicar el libro Ausencia (2017).
- Accésit (300 €): Ojos brunos, de Carlos Fernández Salinas, natural de Gijón. Este relato aborda con calidad literaria la valentía de una mujer que defiende a una víctima de violencia de género, invitando a no apartar la mirada ante la injusticia. Fernández, marinero de profesión y con una trayectoria literaria que incluye más de 40 premios y publicaciones como La mal se esconde y la novela Los marineros prudentes leen las olas, ya obtuvo el primer premio en la tercera edición de este certamen.
- Mención especial: ¿A qué le llamamos caridad?, de Marta Garre Pina, alumna de 1º de Bachillerato del Colegio Santo Domingo de Orihuela. Su ensayo fue destacado por su lúcida reflexión sobre la caridad como un compromiso de vida, mostrando una madurez y sensibilidad excepcionales.
Cánovas agradeció especialmente a Pedro Ortiz, exdirector de Cáritas parroquial, por impulsar esta iniciativa con visión y tesón, así como a la familia de Moya por su apoyo incondicional. También reconoció la labor de los sacerdotes colaboradores (Francisco, Gonzalo e Isidro), los medios de comunicación locales por difundir el evento y los ocho autores participantes, cuya creatividad en relatos, ensayos e investigaciones enriquece el certamen. Además, invitó al público a participar en futuras ediciones, animando a presentar composiciones que reflexionen sobre la solidaridad, el altruismo, la convivencia y el compromiso social.
Carmen Moya, hija de Ildefonso, dedicó unas palabras emotivas a los organizadores, especialmente a Pedro Ortiz, por crear un certamen que une literatura y compromiso social. “Este concurso no solo lleva el nombre de mi padre, lleva un propósito. Es un tributo a la palabra, pero también a la acción y la compasión de quienes trabajan por los más vulnerables”, afirmó. Agradeció a Ortiz por “sembrar una semilla que seguirá dando frutos” y por mantener viva la memoria de su padre.
Con un aplauso colectivo y una foto final, se cerró un acto cargado de emoción, reconocimiento y compromiso con una cultura viva que honra el legado de Ildefonso Moya y proyecta su espíritu solidario hacia el futuro.
































